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>>16641

Siempre me preguntaré qué sentido tiene que haya moderación aquí para aprobar los comentarios, si luego cosas como estos dos comentarios pasan el filtro.
Salsa d estos tremendos
tremenda putita la karin
y tremendo culo
tremendo cuerpo tenía
comenten si quieren mas negros
>>22626
Tremenda verga, parece un brazo.
Parejitas: Natalia y Marcos matando la curiosidad de grabar porno
literalmente se llama asi el video xd
Y muchas veces la he pillado mirándome con deseo. No como compañera de piso, sino como mujer. Ha habido temporadas en las que no quería salir de fiesta ni conocer a personas, por lo que la abstinencia debía hacer que se fijase en mí.

Nunca correspondí ese interés, aunque no era porque tuviese novia sino porque estaba demasiado cómodo con ella como para arriesgar nuestra buena convivencia. Eso cambió cuando me abrazó en el sofá, ya que al estar tan furioso y despechado se me antojó tener sexo con ella… Y mientras escribo esto, os reconozco, que quiero vengarme de mi ex.



No quiero estropear mi amistad con mi compañera de piso… Pero desde que sentí sus tetas en mi cara no he parado de imaginarme follándomela. Antes me gustaba follar suave, pero reconozco que he fantaseado con experimentar esa misma manera de follar que la que ha experimentado Nicole… Al fin y al cabo, todas las mujeres son unas cerdas sedientas de sexo duro.

Reconozco que me gustaría escupir en la boca de mi amiga, correrme dentro sin condón, estrangularla y hacerla gemir de placer como lo ha hecho ese cabrón con mi novia… Me gustaría humillarla y usar su coño para mí único placer.

Esto lo escribo en caliente, y en cuanto me haga una paja se me pasará, aunque si por algún casual llegase a cometer ese error… Tened por seguro que os contaré sobre ello. Hasta entonces, intentaré no suicidarme por estar evitando a Nicole… El amor de mi vida.
— Va siendo hora de que te vayas –le espeté, levantándome, matándolo con la mirada.

— Eso lo decide ella –me gruñó sin acobardarse. Yo sabía que si había pelea, los dos recibiríamos por igual. Aunque su actitud si era cierto que me intimidaba un poco, pero estaba demasiado cabreado como para que me importase-. ¿Quieres que echemos un último polvo? –le inquirió avanzando hacia nosotros y poniendo su mano contra la mandíbula de ella. Su pulgar acabó sobre la lengua de ella, babeándole el dedo.



Nicole me miró y vi que se lo estaba pensando, ya no lloraba. Antes de que mintiese y tomase cualquier decisión, yo la tomé por ella.

— Terminas y te vas.

— Sí, sí… Lo que tú digas –se burló con esa sonrisita que tanto asco me daba.

— Amor… Sal del cuarto y cierra la puerta… Estaré bien, de verdad. No quiero que lo veas…

— Ya has oído. Sal –me dijo con descaro, y yo avancé un paso.

— Vuelve a hablarme así y te reviento la boca, payaso –su única reacción a mi amenazo fue sonreír.

— Pablo, por favor…



Mientras me encaminaba a la puerta lo vi pajearse ya con la polla prácticamente tiesa, la vi abrirse de piernas y mirarme. Lo vi comenzar a penetrarle y cerré la puerta.

Me gustaría poder decir que tenía una cámara dentro del cuarto, o algún tipo de manera de ver lo que pasaba dentro, pero no fue así. Lo escuché todo, absolutamente todo… Y no vi nada.

Me costaba creer que a mi novia le continuase apeteciendo hacerlo. Sin exagerar, nosotros en menos de veinticuatro horas lo llegamos a hacer, en nuestro mayor record, hasta once veces… pero siempre con pausas.

Ese cabrón se la había follado dos veces, y por desgracia para mí… Iba a follársela sin descanso; además, tardaría en irse.

— Cierra la puerta… -escuché decir, exhausta a mi novia. Me la imaginé señalando al pestillo y al muy cabrón obedeciéndola.



*



Me pasé un rato intentando escuchar, pero solo oía pequeños roces de sabanas y chapoteos. Se debían estar besando. A ratos se oían intensos aplausos y a ella gimiendo.

— Trágate mi saliva… Abre la boca, más… ¡Más! Saca esa lengua tan sucia que tienes –decía el en voz alta, seguramente para que yo lo escuchase. Me la imaginé tal cual y de repente, lo oí escupir.

— Hmm… -la escuché gemir a ella. Las embestidas se acentuaron-. Ay, sí… No pares –la oí decir-. Coges demasiado rico… Méteme la pija más honda… Ahí, justo ahí. Ese es el punto…

— Pídeme que te preñe… -Recuerdo esperar oír a mi novia negarse, por eso me sorprendió tanto que no lo hiciese.

— Quiero tu bebe, papi… ¡Así! ¡No pares! Rompe las bolas contra mi culo… ¡Que rico! –mi novia empezaba a gritar.



Oí un golpe, un guantazo. Ese cabrón estaba pegando a mi novia.

— ¡Más alto! ¡Que te oigan los vecinos! Di lo que quieres.

— Quiero que me llenes con tu lechita… -otro golpe-. ¡Ay! ¡Tan duro…! ¡Me vengo!

— Todas las latinas sois unas zorras.

— ¡Soy tu putita, Papi! ¡Me vengo! –la escuché decir mientras oía sus carnes aplaudir.



PLAS, PLAS, PLAS, PLAS, PLAS… Y no escuché nada más. Intenté abrir la puerta.

— Nicole. Abre la puerta, ya está. Dije una vez más –no escuchaba nada dentro de la habitación. Me los imaginé besándose. Aporreé la puerta-. ¡Joder, Nicole! ¡Abre la puta puerta!

— ¡Pírate un rato, gilipollas! Me estoy enrollando con tu chica. Ten un poco de dignidad y pírate.

— ¡Abre la puerta y me lo dices a la cara, cabrón!-grité.

— Cuando acabe la abro..



*



Debieron pasar como treinta minutos en silencio, sin hacer nada de nada. Por muy macho que fuese él tenía que tener un límite. Pero de repente, la oí gemir… Escuchaba susurros entre ellos pero no alcanzaba a oír lo que se decían.

— ¡Ay…! –gimió ella, y pocos segundos después empecé a sentir el chapoteo.

— Di que eres mía.

— Soy tuya. Soy toda tuya…

— Abre la boca, voy a escupirte –lo escuché hacerlo-. ¿Cómo puedes ser tan guarra? ¿Te gusta? ¿Eh? ¿Te gusta? –decía mientras la escuchaba azotarla.



A lo lejos, escuché la puerta de la casa abrirse. Mi compañera de piso entró y no tardó en encontrarme arrodillado frente a la puerta.

— ¿Pablo? ¡Pablo! ¿¡Qué te pasa!? ¿Por qué lloras? –murmuró totalmente preocupada y con un hilo de voz. No tardó en escuchar el chapoteo…

— Ay…. ¡Ayyyyy!



Vi a mi compañera de piso taparse la boca, alternando la mirada entre la puerta y yo. No tardó en aporrear la puerta.

— ¿¡Cómo puedes hacer esto a Pablo, Nicole!? Sal del cuarto. ¡Sal, puta!

No me di cuenta de que estaba llorando, así que me enjuagué las lagrimas levantándome y la sostuve de la muñeca.

— Vamos –le dije a mi amiga y aunque dudó por unos segundos, me terminó acompañando. Cerré la puerta del pasillo y ella me abrazó sentándonos en el sofá. Le conté lo que os he contado a vosotros, y me abrazó aún con más fuerza. Sentí sus tetas contra mi cara y eso me hizo sentir infinitamente mejor que instantes atrás. Los gemidos llegaban aún con las dos puertas cerradas… Y pasó una hora, y dos horas… Hasta que Sergio salió por la puerta-. ¡No quiero volver a verte en mi casa! ¿Te enteras? –rugió por mí, haciéndolo reírse.

— Nicole folla de lujo… Volveré a quedar con ella, no lo dudes –me espetó con malicia antes de irse, cerrando con un portazo.
Ya no tenía ganas de protestar ni de irle detrás, toda la rabia se me había ido al llorar y al contarle todo a mi compañera de piso. La vi irse a mi cuarto y gritar a mi novia sin que yo las siguiese.

— Te largas de mi puta casa. ¡Mira que eres puta, tía! ¡Con lo bien que te trata y le haces eso! –Nicole iba a protestar, pero ella tiene peor carácter. Entre el arrepentimiento que mostraba mi novia y lo cabreada que estaba la otra… No dijo nada.

— Pablo… Lo siento –se disculpó al verme completamente molido.

— ¡Que te pires! ¡Largo! –rugió señalando la puerta a mi pareja… y se fue.



No quería que se fuera, en parte. Pero la odiaba y la despreciaba. Lo sé porque sigue siendo lo que siento ahora, pocas horas después de que pasase todo. Quizá arregle las cosas con Nicole, no lo sé… Esto lo escribo de madrugada, y temblando de la rabia o, ahora que lo pienso… Quizás es de la excitación.

Mi ex, creo que es la mejor manera de referirme ahora, en presente. Jura que ha bloqueado a ese capullo y que se arrepiente mucho de como se ha comportado. ¿Pero cómo voy a poder perdonarla? ¿Cómo voy a poder confiar en ella después de haber visto lo que he visto?



Pero hay algo que no os he contado, y es que ahora es en mi compañera de piso con quien estoy fantaseando. Tengo que explicarme para que lo entendáis… Me independicé con veintitrés años, y busqué un piso compartido que pudiese pagar. Mi compañera estaba a disgusto con otras dos personas con las que compartía el piso y aprovechó mi necesidad para encontrar un nuevo inquilino.

Con una suerte del carajo, me mudé con ella y hemos vivido tres años sin problemas ni discusiones pues somos muy compatibles en la convivencia. Tengo ojos, y aunque tenía una chica soltera tan buenorra –no es tan guapa como Nicole, las cosas como son-, nunca la llegué a ver de esa manera. Trajo a casa muchos chicos y chicas, se ha liado con muchas personas y la he oído incontables veces follando en su cuarto