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Anónimo {{'2022-01-17T12:15:00.000Z' | moment 'DD/MM/YY HH:mm'}} /#/ 2749

>>2742 (OP)

>Ser yo, un shota muy inocente
>los chicos en mi primaria me fastidiaban mucho por ser el más bajito del salón, tener el cabello hasta los hombros aparte de parecer una chica de espaldas. prefería juntarme con las niñas porque eran más delicadas y cariñosas, no había tenido novia, aunque muchas niñas se me declararon yo les decía que éramos muy pequeños para eso, no había dado mi primer beso por vergüenza, pero llegue a andar de la mano con alguna, era lindo
>Mis padres eran muy distraídos, a veces distantes, mi cuerpo estaba atravesando cambios que no entendía y quería que ellos me hablaran de ello. Yo no era un pervertido, pero notaba que mi pene había crecido mucho en los últimos dos años, era más largo y grueso, me sentía extraño. Por curiosidad a veces veía los penes de los demás niños cuando estábamos en los baños, los de ellos se veían pequeños comparándolos al mío a pesar que los demás eran más grandes que yo, definitivamente el mío media más del doble. A veces se me marcaba en los shorts, sentía mucha vergüenza.
>durante las vacaciones guardé silencio hasta la vez que, por jugar bajo la lluvia terminé en la pediatra. La señorita Jessica Macarena me atendió como siempre cuando mis padres me llevaron a su consultorio, ella me bromeó un poco diciéndome que pronto ya sería grande y necesitaría la ayuda de un doctor. Al estar solos en la habitación sentí confianza para preguntarle sobre mis cambios. Le pareció chistoso que me preocupara por eso, más que le preguntara por el tamaño promedio del pene, ella respondió “anoncito, apuesto a que todo está bien ahí abajo, pero si quieres puedo echarte un vistazo”, acepté encogiendo los hombros, nadie me lo había visto antes, pero estaba con una profesional y quería estar seguro.
La señorita Jessica Macarena preparó la camilla, la bajó lo más que pudo para que me sentara y me pidió que me bajara los pantalones antes de tomar asiento. Le hice caso muy sumiso. Cuando vio mi pene la mirada en su rostro cambió un poco, parecía sorprendida. “uhm… está un poco grande y gordita” dijo antes de acercarse a manipular mi pene, sonrojado le pregunté si el tamaño estaba bien. “es muy linda y tiene un buen tamaño, pero tengo que medirlo” respondió mientras descubría mi glande bajándome el prepucio con delicadeza, era extraño, pero se sintió bien, mi cuerpo reaccionó solo y tuve una erección.
Me disculpe con ella muy sonrojado, no sabía dónde esconder el rostro. La señorita Jessica aguantó el morbo mordiéndose un labio cuando me dijo “no te avergüences, es algo muy normal, es más fácil medirlo cuando estás duro… relájate”. Ella siguió estimulándome mientras mi pene seguía creciendo conforme ella me masturbaba sutilmente acariciando mis testículos lampiños y gordos con su mano libre a la vez que ella también se sonrojaba levemente. Tomó una regla que tenía convenientemente cerca de su posición y pronuncio mientras medía “vaya… 18 centímetros y está muy gruesa… no es el tamaño correcto para un niño de tu edad, pero no hay ningún problema”, escuché mientras mantenía los ojos cerrados.
“aunque… debo asegurarme que estes sano, soy tu pediatra” terminó de decir mientras sostenía mi pene completamente erecto, al abrir los ojos con optimismo vi que la señorita Jessica había abierto su blusa de uniforme a la vez que acariciaba sus redondos pechos fuera del brasier. “no tengas miedo de mirar… dije que pronto serias un adulto y debo asegurarme que crezcas sano”, antes que lo notara varias gotas de líquido preseminal escurrían por la punta de mi glande mientras veía a la señorita acariciar sus senos firmes con los pezones completamente duros. “esa es una buena respuesta, huele muy bien… pero el sabor es más importante” termino de decir asomando su boca a mi pene.
No creí que lo que veía estaba sucediendo, la señorita Jessica pasó su lengua desde mis testículos hasta la punta de mi pene saboreando mi liquido preseminal antes de empezar a mamar mi pene con mucha intensidad, recuerdo escuchar a ella decir poco antes de empezar “este es un trato especial, se un niño bueno guardando el secreto”, la sensación era muy placentera y nueva a la vez, era extraño que ella chupara con tanta fuerza el lugar por el que hacia pipi pero me gustaba, mis piernas temblaban junto a mi cuerpo y me aguanté los gemidos por más de cinco minutos.
“tienes una verga muy sabrosa anoncito, digo… no hay ningún problema con el sabor, aunque, palpita mucho dentro de mi boca” luego de eso también dijo “tampoco te debes preocupar por ello… eres muy sensible, ¿verdad?”. Le dije que sí con la voz todavía temblorosa, también estaba feliz por saber que todo iba bien, aunque le pregunté porque sentí que algo estuvo a punto de salir cuando ella chupaba mi pene. “oh… entonces estuviste cerca de acabar, debiste decírmelo antes”, antes de siquiera continuar levantó mi pene para empezar a mamar mis testículos, apenas le cabían en la boca. “eres un niño bien dotado anoncito, puedo sentir que tienes mucho semen y me lo vas a dar todo”
El resto de la historia puedo resumirlo en pocas palabras, la señorita Jessica hizo conmigo lo que quiso. No solo volvió a chupar mi pene mientras me hacia pasar por nuevas pruebas, me hizo tocar sus pechos, acariciar sus pezones y lamerlos, me masturbó a dos manos a la vez que jugaba con mi glande pasándole la lengua, incluso parecía que estaba tragando mi pene cuando lo metió todo dentro de su boca. Luego de 15 minutos eyaculé por primera vez, solté mucho semen espeso y caliente. Sentí que me desmayaba mientras la señorita succionó hasta la última gota desde mi pene, luego ella se tardó un poco limpiándose, tenía muchos hilos de saliva por todo su cara y sus pechos.
“pasaste con máxima calificación el examen médico, anoncito… aunque, te separaré una cita, mañana por la tarde, te enseñaré que diferencia un niño de un hombre” fue lo ultimo que me dijo antes de abrir la puerta dándome un beso en la mejilla.

No esperes secuela Op, conténtate con mi esfuerzo

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