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Anónimo {{'2020-11-01T22:47:00.000Z' | moment 'DD/MM/YY HH:mm'}} /#/ 442

Cuando llegamos a su casa ella daba tumbos, estaba muy muy alcoholizada, fue una suerte que no vomitara en el uber. Yo casi no bebo, en las fiestas prefiero platicar y fumar cigarrillos o a veces marihuana, por lo cual, cuando salimos juntos a fiestas, yo soy el encargado de cuidarla. Bastante fama se me ha hecho sobre eso en su familia, haciendo bromas como que ella es el hombre en la relación.

Cuando llegamos yo quería tener sexo pero ella lo único que quería era dormir. Entonces la ayudé a desvestirse dejándola solo en tanga y sosten, después fui a la cocina por un vaso con agua y le dí a tomar una de sus pastillas, la cual aceptó sin decir ni una palabra y después se quedó dormida.

Yo sabía que estaba muy muy tomada y que con la pastilla estaría inconsciente al menos unas seis horas, donde sería completamente mía. Ademas, eran ya las 6 de la mañana por lo que me daría perfectamente tiempo de hacerle lo que yo quisiera, dormir un rato y tal vez inclusive repetir antes de la 1 que llegaba su tía a dejar a su primo, y quien sabe, quizá hasta ese momento ella aún seguía dormida.

Esperé pacientemente unos 20 min en la cama. Después de eso me levanté, encendí la luz y fuí al baño. No quería realmente ir, pero era una rutina que me había hecho cada que iba a usarla de esa manera. Regresé a la habitación y la llame por su nombre... no hubo respuesta. La llamé de nuevo, esta vez con más fuerza, de nuevo nada. Me acerqué a la cama, la tomé por el hombro y volví a llamarla, pero su respiración se mantuvo y no hubo reacción alguna. La destapé completamente y la desvestí con mucha calma, no es nada difícil quitarle una tanga y un sosten a alguien completamente dormido. Al terminar nuevamente repetí los pasos anteriores, moverla mientras le hablaba, todo solo como precaución, pero nuevamente no hubo respuesta. Cuál sería el menú de ese día? Yo ya lo sabía... cada que tenía la oportunidad de que las pastillas y el alcohol se combinaran, lo aprovechaba para usar algo de ella en particular, algo que estando en su sano juicio ella nunca me quería dar.

Caminé a su cajonera de ropa interior, la abrí y comencé a buscar hasta el fondo, donde yo sabía que ella guardaba nuestro lubricante. Lo encontré, pusé un poco en mis dedos, regresé con ella y comencé a lubricar su ano.

Al principio utilicé lo que había tomado para masajear su ano por fuera, después, puse mas lubricante en mis dedos y comence poco a poco a meter uno de ellos en su estrecho recto, hasta que los tres falanges de mi dedo medio se perdieron dentro de ella. Volví a tomar lubricante y ahora lo puse en mi polla, que para este momento ya palpitaba dentro de mis calzoncillos y escupía líquido pre eyaculatorio. Tomé mi teléfono, tomé un par de fotos mas, la puse de costado y la acomodé de manera que su culo quedará mas levantado e inclinado y sin apagar la luz, me acosté a su lado, colocando mi pene lubricado a la entrada de su ano.

Con una de mis manos le daba dirección a mi verga y con la otra levantaba su nalga para que la entrada a su ano fuese más fácil. Comencé a empujar. Paciencia. Ella ya era mia y nada iba a impedir lo que estaba a punto de suceder. El tiempo estaba de mi lado y debía jugar con él. La paciencia lo era todo. Si apresuraba las cosas podría producirle un desgarre anal y ella lo sabría, así que necesitaba ser paciente y abrirle el culo con cuidado, finalmente es increíble lo mucho que se puede dilatar un ano, al punto de que ya bien abierto y lubricado puedes cogerlo con rapidez y fuerza sin desgarrarlo. Solo necesitaba ser cuidadoso y una vez abierto entonces la pasaríamos en grande.

Seguí empujando, mi glande lubricado besaba su estrecho ano y al cabo de unos dos minutos todo mi glande estaba dentro de ese culo. Como pueden ver en las fotos, mi novia es muy delgada, ella tiene una linda figura y piernas largas pero su cadera es muy estrecha. Esta situación no me molesta en lo más mínimo ya que su vagina es muy estrecha... pero, imaginen ese recto. Da mucha pelea al intentar penetrarlo. Una vez que mi glande estaba dentro de ella decidí darle un descanso para que su recto comenzara a acostumbrarme a mi verga, asi que los siguientes 5 minutos me mantuve dentro de ella mientras que con mis ahora liberadas manos tocaba sus tetas y masajeaba sus nalgas. Es algo tan delicioso saber que alguien se encuentra a tu merced y no hay nada que puede quitarte ese momento.

Basta de esperar. Su ano era muy muy fuerte, durante todo el tiempo no dejo de apretar mi glande, como si pareciera decidido a no dejarme entrar. Pobrecillo. Puse mas lubricante en lo que me restaba de pito y comencé a empujar de nuevo. Pude sentir como su ano se contraía y me apretaba aún más, que curioso, parecía que pujaba para intentar sacarme de ahí. Mi pene entró un poco más. Miré sus pies y sus dedos estaban apretados y al mirar sus manos fue algo similar: sus puños estaban cerrados. Vaya mujer, estaba peleando, peleaba por no continuar y sacar lo que sea que tuviese la intención de seguir entrando por su recto! Casi pude sentirme orgulloso. Pero su lucha era en vano, había perdido la batalla en el momento en que aceptó tomar su pastilla sin objetar. Tomé con una de mis manos su cintura mientras con la otra apretaba con fuerza una de sus tetas y empujé. Empujé firme, a ritmo lento pero sin detenerme. Es difícil de explicar pero si hay anons aquí que ya hayan tenido sexo anal tal vez podrán entender. Hubo un momento donde pareció que su recto comenzó a succionar mi polla y casi sin esfuerzo, de un momento a otro, 17 cm de verga estaban dentro de su culo.

Era tan suave, tan caliente, tan estrecho. Miré y sus puños seguían cerrados, pero sus pies ya no, es mas, sus pies se encontraban arqueados y con los dedos abiertos, separados. No había gestos de dolor en su cara pero era obvio lo que estaba sucediendo, su cuerpo se había dado cuenta que había perdido. Dejé mi verga dentro un par de minutos, mismos en lo que continúe sintiendo las contracciones de su recto, cada vez más debiles.

El momento había llegado. Comencé a cogerla con suavidad. Metía y sacaba mi pene. Me divertía jugar con ella, podia notar que al sacar casi toda mi verga y despues meterla lento, sin detenerme hasta el fondo de ella los dedos de sus pies volvían a torcerse y apretarse. Por un breve momento saqué completamente mi verga de su interior e inspeccioné el asunto: nada de sangre, nada de heridas, ni un solo rastro de mierda, que maravilla. La delicadeza se me había terminado. Regresé mi verga a su lugar dentro de ella y comencé a bombearla con mayor fuerza. En este punto ya comenzaba a susurrarle cosas en la nuca como “vaya ano de puta que tienes”, “viste como te miraba Eduardo en la fiesta? Lo que daría por cogerte así, no?”, “mas te vale que no me cagues la verga o haré que la limpies con tus labios”, “perrita, espero que sueñes con esto”, etc.

Justo cuando sentí que iba a eyacular salí de su ano. Claramente no podía llenarle los intestinos con leche o al cagar se daría cuenta de lo que sucedió. Pero yo ya sabía que hacer con esa leche. Tomé uno de sus botes de crema humectante al cual le faltaba poco menos de la mitad para terminarse, lo destapé y apuntando con mi pene a él mientras me masturbaba seguía observándola, desnuda, ultrajada, con el ano abierto. Al final eyaculé dentro del bote. Lo cerré y agité. Verán, ella ocupa bastante crema corporal, por lo cual esos botes nunca le duran mas de dos semanas, inclusive hay veces que su mamá entra a su cuarto y le toma un poco. Hacer eso me daba mucho placer y material para imaginar escenarios y masturbarme en casa.

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