
Version 0.2.5
>>41129 (OP)
Imagina que un colega de trabajo llega y te presume que se saltó los lÃmites de la profesión. Con daño potencial para alguien que confÃa en él. Una salida a beber un par de copas después del trabajo fue su oportunidad para alardear.
Fue... extraño. Tiene más amigos. Pero, por alguna razón, me contó a mÃ. Creo que sabÃa de la envidia que le tendrÃa. Y el sentirse superior a un hablador de humanidades le levantaba el ego.
Pude denunciarlo, pero no lo hice. ¿Con qué pruebas más que su alarde?
El siguiente semestre, sin embargo, aprovechó una oportunidad. Nuevamente con una chica de quinto semestre. Llamemosle Samantha.
En esta pequeña ciudad recibimos inmigrantes de toda latinoamérica. Sus padres son venezolanos, aunque ella nació aquÃ. Tiene un ligero acento de sudamérica-caribe que la vuelve más encantadora. Pero la joven es un oxÃmoron andante.
Una chica de 1.70, pero con cara de niña y piel canela. Las cuales coronan un cuerpo tosco, producto del futbol americano equipado. Sin embargo, el ejercicio le remarcó de manera estética musculatura en piernas, brazos, espalda. No era un cuerpo de fisicoculturista, pero sà de chica fit. Cabello castaño, ojos aceituna, sonrisa fácil pero de esbozo tÃmido. Un trasero redondo. de aspecto firme, de pechos medianos pero con forma cuadrada. Al menos con ropa encima.
Una chica conocida por se juguetona, especialmente con quienes llevaban tiempo de conocerla. Amable, sencilla. Sus padres pusieron una cafeterÃa, la cual atendÃa en sus tiempos libres. Ese trato cotidiano con gente, sumado a su naturaleza sociable, la hizo ampliamente popular. Jugaba americano después de clases, pero era común que los propios chicos la buscaran para jugar futbol o basquet. Extrañamente, otras chicas que se acompañaban de amigos hombres eran tachadas de putas o marimachas.
Ella no. Ella acompañaba también a un grupo de chicas a salidas a bailar en tardeadas, al cine o a probarse ropa. Ese grupo era un escándalo en los salones de maestros, con pruebas de que entre ellas se llamaban "eres mi putita", "soy tu perrita". Con poses sexosas en vestidos cortos y entallados, a media fiesta o simplemente a mitad del centro comercial.
Más de un maestro mostraba señales de que, en lugar de estar molesto, querÃa tomar a alguna de ellas y darle un escarmiento a su manera. Mostrarles que con el sexo no se juega o, quizá, brindarles esa follada salvaje que en su imaginario las muchachas estaban pidiendo.
Samantha, sin embargo, era un poco más recatada. Quizá por su fÃsico, más trabajado pero menos "estético" para los estándares de un adolescente. O, simplemente, porque no se sentÃa tan a gusto.
Ese cabrón, quizá, olió esa incomodidad. Esa dismorfia o sÃndrome del impostor. Una chica increÃble, que por la edad no se sentÃa lo suficientemente apreciada pese al cariño que le mostraba todo mundo en todos lados, emanaba un aroma a presa que sólo un cazador nato podÃa oler.
Fue, entonces, común verlo en las gradas los fines de semana en sus partidos de temporada. Para otros profesores era un gesto cortés y buena onda hacia una estudiante y atleta ejemplar.
Para mà el hijo de puta estaba ya en su posición de francotirador, con la mira fija y en espera del mejor movimiento.
Era común primero invitarle un refresco, platicar con sus padres, contarle de que él alguna vez quiso jugar, pero no tuvo dinero para hacerlo. Preguntarle por qué, en lugar de jugar equipado, no jugaba tocho bandera. Pero ella querÃa la experiencia completa.
Supe que era seleccionada estatal. Se supone... supone... que están cuidadas por las autoridades deportivas cuando hay un viaje a un campeonato nacional.
Los padres de Samantha no podÃan ir, en un torneo celebrado en temporada vacacional. Son los mejores dÃas para una cafeterÃa como la de ellos, asà que era inviable dejar desatendido el local.
El profesor, en cambio, se ofreció a acompañarla. No sé si este imbécil tiene carisma suficiente o sólo es suertudo, pero nadie protestó. Nadie.
La delegación del equipo constaba con un camión en el que iban, apretujados, los familiares, las autoridades, las jugadoras y el cuerpo técnico. Un camino de 10 horas en carretera que se hizo de noche, en el cual Samantha iba con su maestro y tutor al lado.
Ella se recostó en su pecho, toda la noche. Lo cual aprovechó para acariciar, primero, su cabelló. Luego su carita de niña. Después todo lo que tuvo a la mano.
No sé qué pensaron todos los posibles testigos, si lo vieron normal. Si lo vieron raro pero no les importó. O simplemente nadie vio nada.
Sólo hubo habitaciones dobles para las jugadoras, directivos y coaches. Los familiares y acompañantes pagaron hotel por aparte. Era un desatre de organización, con tres partidos completos de futbol americano sumados a entrenamientos diarios que molieron los cuerpos de las chicas (como lo harÃan con cualquiera, hasta los de la NFL).
Él siempre estuvo ahÃ, para consolar el dolor. No sólo por los golpes que se llevaba como receptora, sino la frustración de haber perdido en la última jugada la final contra Chihuahua.
Samantha era una bestia competitiva. No era una niña genio, pero le gustaba triunfar. Entregaba toda tarea, participaba siempre. Era la primera en llegar y la última en irse en cada actividad. No me imagino el dolor, por tanto, de hacerse cagada cada músculo y sólo recibir una medalla con pintura de plata a cambio. Debió ser una pedrada al corazón.
En la cena para despedir a las jugadoras bajaron todas... menos dos.
Samantha y la mariscal de campo. Esto encendió las alarmas del profesor, que no vio normal cómo una chica tan sociable y tan festiva se perdÃa un convivio.
Subió a su cuarto de hotel. Tocó la puerta y anunció que era él.
-¿Puedo pasar?
Samantha abrió la puerta.
En ropa interior, con lágrimas en los ojos derritiendo esa mirada oliva en una tristeza amarga.
-Profe, no se vale. Nos robaron el juego.
Suertudo. Suertudo de mierda. La niña que estaba cazando terminó, semidesnuda, abrazándolo dulcemente a las puertas de un cuarto de hotel por decisión propia. Con otra chica a la vista.
-No pasa nada. Te rifaste con todo. ¿Te sientes bien? ¿Tu amiga está bien?
-No aguanto mis piernas, profe. Y Jazz... Jazz no se puede ya ni parar.
JazmÃn, la core, aguantó castigo. Simplemente la tundieron toda la semana y salvó más de una jugada. Pero sin la adrenalina todos esos golpes pasaron factura.
Lo peor es que se fue a ese viaje SOLA. Estaba ahogada en dolor y no habÃa médicos o fisios. Ellos estaban festejando una derrota honrosa en alcohol.
El maestro pasó al cuarto de hotel, donde JazmÃn estaba DESNUDA. Una chica de 1.60 con cabello negro en rizos muy definidos. Cuerpo atlético, pero de senos grandes. Una copa C, raro en chicas con actividad deportiva de alto rendimiento. En un llanto doloroso brotando de sus ojos negros hacia su piel lechosa. De no ser por su cabello y su mirada, uno pensarÃa que es albina.
-Tranquila, nena. Tranquila. El dolor pasará.
JazmÃn, naturalmente, se asustó. Samantha, sin embargo, la calmó.
-No te preocupes, Jazz, es mi papá.
Nuestro camarada arqueó la ceja. No sabÃa si era un triunfo o el fracaso de todo. Pero aprovecharÃa un cuerpo joven a su merced.
-¿Dónde te duele?
-No aguanto la espalda, señor...
-Llámame Alejandro...
Ese NO era su nombre.
-Alejandro, los hombros y la espalda me están matando. ¿No hay hielos?
-No, pero deja pido unas cervezas al lobby. Me sé un truco de cuando jugaba béisbol.
Ya con las latas de cerveza, Alejandro le pidió que se recostara boca abajo y presionó la espalda con el aluminio frÃo, presionando las partes que estaban lastimadas delicadamente.
Con la otra mano "masajeaba" piernas, muslos... nalgas. Todo a la vista de Samantha... quien estaba atónita mientras Jazz emitÃa ligeros gemidos de alivio, los cuales encendieron despacio la habitación.
Un beso suave de Samantha a los labios de su compañera, asà como una caricia en el rostro, detonaron la energÃa sexual.
Alejandro habÃa triunfado.
este está tremendo https://ds2play.com/d/umtx2eg1qods
>>3101 (OP)
A estas aborigenes solo las dejo hacerme un bucal.
>>373618
JAJAJAJAJ LA MENOS CAGADA DE HAMBRE HACIENDO AUTO PROMO QUE PASA NEGRA EL GORDO VIOLIN DE TU PAPA NO LLEGA A FIN DE MES
>>16070
compartir enlace
>>373718
vos sos de los que se cree los guiones de las novelas no? virgiboy
briconti1
>>152752
si alguien lo saca es dios https://www.camwhores.tv/videos/8241137/rocifitness-23-sex-session-with-camo-guy/
>>31684
Hola midraknight, segui haciendo contenido asi lo subimos aca.